Tras la
reducción de penas aprobada por
la Suprema Corte de Justicia
Como
médicos psiquiatras, comprometidos con el campo de la Salud Mental,
la
sociedad y la cultura, la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA),
considera
un deber ético hacer conocer su opinión acerca
del
fallo de la Corte Suprema de Justicia que beneficia
a
represores y genocidas con la ley del dos por uno.
En
Salud Mental el contexto es parte del texto, por ende,
las
condiciones externas que hacen al bienestar mental están estrechamente
vinculadas a la dimensión sociocultural. Es en
esta matriz que se organizan
los deseos y fantasías de cada individuo
y los vínculos entre él y los otros.
Uno de
los interrogantes actuales es: ¿hasta qué punto sensible de
nuestra
cultura caló la dictadura de 1976?
La
persona fue transformada por los represores en una mera cosa, un objeto.
Ello tuvo como consecuencia el
descalabro de todo sistema referencial.
Se
transgredió el tejido de la Ley en la cultura, buscando convertir
a
los seres humanos en entes fragmentados, despojados de toda subjetividad.
La dictadura desarticuló la laboriosa
construcción humana de la Ley y del
Estado
de Derecho y puso en escena una identidad hecha de pura corporalidad
(biologización). La devastación ética fue enorme. Se pretendió, así,
convertir
a miles de personas en NN. No nombrados. A otras tantas
se los encarceló en condiciones infames y a
miles se los expulsó al exilio exterior e interior. Ese fue un aspecto
esencial del Terrorismo de Estado: el silencio
y
el silenciar.
Todo lo
que evocamos constituye un tramo esencial de nuestra historia
que no
ha sido vivido para ser olvidado.
De allí
la importancia de expresar nuestro pensamiento sobre este
fallo de la Corte. Pensamiento que incluye palabras,
palabras que generan
espacios,
espacios simbólicos que articulan el curso de la historia individual
con
la historia colectiva, haciéndola tangible. Como psiquiatras involucrados
en el
campo de la Salud Mental pensamos que es necesario re-establecer
el
valor de la palabra. Es riesgoso el planteo de que todos fuimos
responsables
el todos implica nadie y el nadie significa el olvido.
Hay víctimas y responsables que deben cumplir
sus condenas.
Este
pronunciamiento es también nuestro mejor recuerdo y homenaje a las
decenas
de trabajadores de la Salud Mental detenidos-desaparecidos como
personas
que tuvieron la capacidad de soñar,
de
luchar por sus sueños e ideas, de interpelarse e interpelar.
Profesionales
que cuestionaron la vieja concepción de la locura como
sinónimo
de aislamiento, encierro y peligrosidad, posibilitando
la
reubicación de la salud mental dentro del criterio general de la salud,
en
contraposición con toda concepción autoritaria y de castigo del enfermo
mental.
El
Golpe del 24 de marzo de 1976 implicó un punto de inflexión en la historia de
nuestro país.
Siempre
tendremos presentes a nuestros compañeros psiquiatras y demás trabajadores de
la Salud Mental
detenidos-desaparecidos
como ejemplo ético de compromiso con la justicia y el bienestar de los
argentinos.
Comisión
Directiva APSA
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